Siempre lo supe, siempre estuvo escrito ahí. Inyectándose en mis venas, quebrando mis huesos, dejándome entre este mundo y el otro, pero sin reino en ninguno.
Conmigo es así, en un suspiro conquisto el éxtasis , en un lamento me entierro en el núcleo terrestre.
Sin ropa y fantasías de dragones, no soy más que eso; un vacío que no quiere ser llenado.
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