miércoles, 18 de abril de 2012
Destino.-
Siempre culpamos al destino, en especial cuando tomamos decisiones estúpidas (o no tanto) de las cuales nos arrepentimos a los tres segundos más tarde. Dicen que cuando el destino aparece en el campo de batalla, no hay nada que hacer, no nos quedan opciones con cual salvarnos.
Aunque ciertamente soy de las partidarias que creen que la vida depende de nuestras decisiones estúpidas (y no tanto), nuestros impulsos y aciertos, y el destino no tiene nada que ver con esto.
Pero el destino se encarga de darme una respuesta bien clara como un combobreaker; Se puede batallar cuantas veces seas capaz de hacerlo, pero lo que es, siempre será.-Y no importa cuanto te hayas lucido y sangrado en esa batalla épica junto tus mejores armas (decisiones), tu mejor armadura (intenciones). El destino acaba ganado igual.-
PD: Esto no significa que lo dejes conquistar tus tierras tan fácilmente, mientras estés en pie, da una dura lucha, resiste y ruégale a los Dioses del Olimpo porque esta vez, aunque sea una sola vez puedas torcerle la mano al destino (Aunque preferirías darle un golpe en sus partes nobles).-
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